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Nuestra comparecencia el pasado día 24 de junio
ante el Comité de Peticiones del Parlamento Europeo ha puesto muy
nervioso a más de uno.
Julio García Burgués es ese alto funcionario español que el
pasado 20 de mayo visitó las explotaciones a cielo abierto de Laciana
por encargo de la CE. Lo hizo en compañía de
los directivos de MSP y de los funcionarios de la Junta de Castilla y
León, con quienes posteriormente también compartiría mesa
y mantel
en un céntrico restaurante de Villablino. En cambio, debido a su
apretada agenda y a las adversas condiciones climatológicas no le fue
posible visitar la zona de El Feixolín donde desde hace meses, se está
procediendo a una tala masiva de robles y otras especies vegetales
protegidas como el tejo.
Este funcionario, fue sin duda, el que peor parado salió de la reunión
del Comité de Peticiones. Su primera intervención era inaudible. Quizá
porque le resultaba muy difícil explicar las razones por las cuales un
expediente iniciado en 2001 había estado durante tantos años durmiendo
el sueño de los justos. También fue incapaz de facilitar una explicación
convincente para justificar que desde finales de 2004, fecha en que se
emitió el Dictamen Motivado, no hubiera habido más actuaciones sobre
este tema. La situación era de lo más embarazosa. Finalmente no tuvo más
remedio que reconocer que quizás se habían cometido ciertos errores,
pero nada más.
Con respecto a su visita a Laciana y según sus propias manifestaciones
"aún no tiene una idea muy precisa de la situación, debido a su enorme
complejidad, puesto que estamos hablando de un territorio de unas 40.000
hectáreas". Y, además, "según las autoridades españolas las
explotaciones a cielo abierto no están produciendo afecciones en zonas
protegidas". En fin, que intentó liarlo todo para ver si colaba. Al
final y de una manera muy ambigua, acabó reconociendo que sí se estaban
produciendo afecciones y una posible fragmentación de los hábitats de
especies protegidas y en vía de extinción como el Oso Pardo y el
Urogallo Cantábrico. Algo es algo.
Después del mal trago pasado ante el Comité de Peticiones y ya desde su
despacho, el Sr. García Burgués no perdió ni un minuto para
intentar reconducir la situación. La suya, claro está. Descolgó el
teléfono para alertar a uno de los responsables del Grupo Popular
español en el Parlamento Europeo, sobre la inconveniente intervención de
la eurodiputada Cristina Gutiérrez. Y le vino a decir algo así como que
con su intervención, lo único que había hecho es arrojar piedras contra
el tejado de la Junta de Castilla y León. Puesto que ésta es una de las
instituciones más implicadas en todo el desaguisado. Así si es como
funciona la imparcialidad. Naturalmente, la reacción no se ha hecho
esperar y la eurodiputada ha sido llamada al orden. Lo que sucede es que
le importa un bledo, porque ella va por libre y mantiene su postura de
que "otros asuntos de menor relieve acabaron en el Tribunal de Justicia
de la UE, mientras éste incompresiblemente duerme en un cajón". Difícil,
muy difícil lo van a tener para que deponga su actitud.
En más de una ocasión hemos denunciado que las ramificaciones e
implicaciones de todo este asunto, iban mucho más allá del ámbito
puramente local y cada vez se acumulan más pruebas de que así es. Ahora
lo único que queda por saber, es quien acabará endosando la
responsabilidad de tanta irregularidad. Nuestra impresión es que estamos
ya ante el ¡sálvese quien pueda!. Y no cabe descartar la posibilidad de
que la Junta de Castilla y León comience a largar lastre. Mucho más
difícil lo tendrá el Ayuntamiento de Villablino y el PSOE. Quizá por eso
la eurodiputada socialista Iratxe García no ha cesado de perseguir el
popular Carlos Iturgaiz, para convencerle de que Laciana entera está a
favor de las explotaciones a cielo abierto. Por una cuestión de "interés
social", naturalmente. Lo que omite, es que lo que se ventila en este
asunto es el cumplimiento de la legalidad. Y está fuera de toda duda que
en el caso que nos ocupa se haya cumplido en ninguna de sus vertientes.
En la próxima entrega les daremos cuenta de algunas iniciativas
judiciales muy recientes. Vamos, que esto sigue y no tiene bisos de
cerrarse sin que alguien asuma responsabilidades. Y sino al tiempo.
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